Hace tres siglos, Voltaire publicó su "Diccionario filosófico", donde abordaba temas tan singulares como el adulterio, las montañas o la desnudez. En 1957, otro pensador francés, Roland Barthes, reflexionó en "Mitologías" sobre pasiones masculinas como la lucha libre, el striptease o el Citroën DS. Desde los inicios de la filosofía, los grandes pensadores no han podido evitar aplicar sus brillantes mentes no solo al sentido de la vida, sino también al del café, los gases intestinales o la instalación eficiente de una caldera. Ahora, desde Wollstonecraft hasta Wittgenstein, de Lao Tse a Locke, de Aristóteles a Arendt, "Grandes mentes y pequeñas cosas" reúne sus observaciones más curiosas en una miscelánea tan entretenida como iluminadora, que consigue que las trivialidades del día a día parezcan, de repente, mucho más sofisticadas.