Está más que lista para desmelenarse.
Ponerme a mí primero nunca ha sido una opción. Alguien siempre me necesita. Mis alumnos, mis amigos, mi hermana. Y estoy un poco harta.
Solo por una vez, quiero desmadrarme.
El sexi monitor de esquí, con su paciencia infinita y una mirada capaz de derretir toda la nieve de la montaña, es la persona perfecta con la que hacerlo. Joey consigue que me olvide de todos los demás y de todo lo demás. Es divertido. Es liberador. Es...
Algo que está a punto de venirse abajo.