Las tres historias que se suceden en estas páginas nos enfrentan con los avatares de hombres extraviados, paralizados -emocionalmente hablando-, fuera de lugar pero conscientes de las apariencias del mundo -el de la academia, el del poder político y el de las sociedades a uno y otro lado de la frontera-, quienes huyen del tedio, del fracaso y del sinsentido de sus vidas para encontrarse, sin remedio, con el desencanto y la deriva. Con sus relatos, Luis Horacio Heredia nos advierte "que invocar a la memoria es como invocar al diablo: se corre el riesgo de ser conducido a una infinita sucesión de viajes rápidos hacia lo más oscuro del alma".