En el norte de nuestro país, en las áridas tierras de la provincia del Loa, entre montañas y volcanes, susurran las voces de una antigua leyenda atacameña.
Ella cuenta los orígenes de la geografía de Atacama; la presencia de los volcanes Licancabur, Juriques y Láscar en la cordillera de los Andes;
el motivo de la forma del segundo, de la permanente fumarola del último y de la explanada que los separa;
la presencia de Quimal en la cordillera de Domeyko y del salar entre ambas cordilleras.