Este ensayo expone una reflexión filosófica con fe y entusiasmo por creer en el buen rumbo de los seres humanos. Se inclina rotundamente hacia el lado optimista de la vida y sostiene que el amor es el elemento principal de la existencia, por lo que todos los actos deben encaminarse bajo sus leyes y con sus impulsos. El autor evita ubicarse en un tiempo especial, intenta ser universal y propone una etapa feliz en la cual el hombre habrá alcanzado el control de sí mismo gracias a su propia evolución. Es, en suma, una mezcla de observaciones sobre la vida humana, así como un deseo ardoroso de ver un futuro mejor para todos.