Después del absurdo accidente que lo dejó sin su amado trabajo como pianista, Tom se encuentra en un estado de desorientación e incertidumbre. Durante mucho tiempo, la música fue su razón de ser, su pasión, pero ahora enfrenta un futuro totalmente carente de propósitos.
En medio de sus desvaríos, una voz aparece en su mente, es Agnes, una chica burlona y astuta que asegura saberlo todo. Esta intrusa se convierte en su guía, a veces un poco molesta, pero a través de sus conversaciones, él comienza a entender que las apariencias pueden ser engañosas y que cada persona lleva consigo sus propios misterios y luchas.
De a poco, Tom se sumerge en un nuevo mundo que lo lleva a cuestionarse sus propias creencias. Y mientras sigue adelante, Agnes continúa siendo su compañera constante, enseñándole que, aunque su vida haya tomado un rumbo inesperado, aún puede encontrar satisfacción en lo que hace, como así también dejarse sorprender por las relaciones que va forjando mientras transita ese nuevo camino.