A veces el dolor es tan intenso que nos impide ver el resto del camino y tan sólo nos queda hundirnos o tratar de abrazar la adversidad con el fin de poder transmutarla. Hay momentos en los que nos sentimos a la deriva, navegando sin rumbo en medio de una espesa niebla interna, mientras intentamos vislumbrar la costa desde las aguas más profundas de nuestro ser, donde los recuerdos emergen de forma continua.
Un despertar resiliente suele ser necesario para sanar la tristeza que aflora del alma y así evitar que la oscuridad nos consuma. Azul despertar nos guiará como un faro a través de este viaje de transformación interior, invitándonos a ver la luz, aun en tiempos de marea alta.