Desde los orígenes mismos de las comunidades humanas, la mujer ha sido social e institucionalmente asumida como la expectativa racional de una mujer madre, independientemente de que en algún momento de su vida se convirtiera en tal. La comunidad y sus instituciones la han definido desde su nacimiento como un ser humano con probabilidad positiva de ser madre en algún momento, y en consecuencia le han asignado, salvo muy contadas excepciones en la historia y en la geografía mundial, la responsabilidad de primera instancia de sufragar los costos de la reproducción cuantitativa y cualitativa de la sociedad. Bajo ese estatuto, la cooperación del género complementario para compartir esos costos ha sido establecida en condiciones asimétricas y desventajosas para la mujer. Los derechos de propiedad, las oportunidades laborales y de desarrollo social e institucional, así como el ejercicio de las libertades elementales de decisión y acción, se han concentrado fuera de las esferas de desempeño de las mujeres, y les han sido gravemente restringidos a ellas.
Se trata de un libro destinado a renovar la agenda de investigación de la economía en materia de género, y preparado en su estructura para formar cuadros académicos en los fundamentos de la teoría económica de la mujer, y en la definición de criterios de políticas fiscal, monetaria y cambiaria con orientación reivindicativa de género.