Se trata de un libro escrito con un ritmo que hace que la lectura fluya, por lo cual nos acerca a sus ideas en forma nítida y clara. El tema que aborda da cuenta de las penurias y desdichas que sufren los inmigrantes, una de las cuales, y quizás la más importante es la adquisición de una nueva lengua y por lo tanto la penosa disminución de oportunidades de utilizar la lengua materna, salvo en el ámbito privado, reemplazándola por una nueva y muchas veces desconocida.
El libro consta de una introducción a sus ideas y siete capítulos en donde Romina despliega en toda su plenitud lo que constituye la idea central: su planteo sobre "La lengua síntoma".