LA GRAN NECESIDAD DE NUESTRA ERA ES UN PUEBLO QUE CONTEMPLE LA BELLEZA DE DIOS A TRAVÉS DE SU ESPÍRITU Y SE ENCUENTRE SATISFECHO EN ÉL.
¿Qué es lo que contemplas? Sea lo que sea, serás moldeado a esa imagen. El discipulado es la principal tarea que Jesús encomendó a la iglesia en esta era, por lo que todo creyente debe responder dos preguntas.
- ¿Estoy haciendo discípulos?
- ¿Estoy discipulando a la gente y siendo discipulado según el paradigma bíblico?
El discipulado a menudo se reduce a adquirir nueva información, adoptar ciertas disciplinas o adoptar ciertos comportamientos, pero este no es el corazón del discipulado. Puedes conocer información, vivir una vida disciplinada y comportarte de manera apropiada sin ser discipulado. En sus cimientos, el discipulado es un proceso que produce transformación cuando un pueblo contempla corporativamente la belleza de Dios en la persona de Jesús. Si el discipulado comienza en cualquier otro lugar, puede lograr algunas cosas valiosas, pero ha perdido de vista el marco bíblico.
Hemos enseñado a la gente a comportarse, pero ¿les hemos enseñado a cómo contemplar? Si las personas adoptan ciertos hábitos y se involucran en ciertas disciplinas pero no están fascinadas por la belleza de Dios, entonces no están siendo discipuladas. En consecuencia, debemos llevar a las personas a contemplar a Dios y ser transformados a su imagen. Dios no busca un pueblo que se comporte como ÉL. Él está buscando un pueblo que llegue a ser como ÉL.
En Discipulado Comienza Al Contemplar descubrirás:
- Por qué el discipulado bíblico se centra en contemplar corporativamente la belleza de Dios en la persona de Jesús.
- Por qué contemplar siempre ha sido central en los propósitos de Dios para su pueblo.
- Cómo la contemplación corporativa es fundamental en la forma en que Dios se relaciona con su pueblo comenzando en el Jardín del Edén y continuando a través del Éxodo, el Tabernáculo de David y la Iglesia del Nuevo Testamento.
- Cómo planea Dios cumplir sus propósitos a través de un pueblo que lo mire y llegue a ser como él.
- Cómo contemplar la belleza de Dios solo y junto con otros.
- Por qué disciplinas simples como el canto son mucho más poderosas de lo que creemos.