El diario nos desvela el proceso literario de redacción de la novela El dolor de los demás, paso a paso, mientras el diarista, entre recuerdos de su infancia en la huerta murciana, sus encuentros con amigos, familiares y escritores, sus clases de Historia del Arte, conferencias, comisariados y viajes mil, se nos muestra en su cotidianidad como un voraz y lúcido lector, o como un consumidor incansable de series de televisión. Si el sentido de la novela era la transformación de la literatura en realidad, el diario emprendió el camino contrario: la conversión de la vida cotidiana en literatura.