En el jardín del infierno, el arte crece junto con asesinatos y gente que desaparece. Una historia llena de misterios, en donde el amor será, tan culpable, como inocente. El lector se verá sumergido en un mundo completamente desconcertante pero lleno de magia y poesía.
Los personajes estarán atrapados en una gran residencia en algún lugar de Francia donde no pueden volver hacia atrás, sin perder la vida, por lo que intentarán escapar y encontrar su libertad.
Este libro fue escrito en plena pandemia por Covid, por lo que el mundo interno prevalece al externo mediante el arte. Es en este mundo que podemos sentir lo insensible y entender lo inexplicable. Como músico y artista plástica, escribo bajo estos aspectos y visiones, siendo el factor determinante, todo aquello que nos vuelve humanos. En tiempos donde existen sensibles contrastes anímicos -incluso en la naturaleza-, la única libertad completa es la interna. Tomando este sitio anímico, podemos sentir en libertad sensaciones que sólo siendo niños o estando locos, nos permitimos.
El amor, la expresión, son lo que buscará, aquel que quiera sobrevivir.
Por un lado el hombre ha perdido no solo libertad, sino también voluntad, por lo que mediante el mundo de las imágenes, tendrá su impronta de vida como manifestación artística y de valor eterno.
"La vida yace dormida esperando ser devuelta al pulso de la tierra".