La política energética debe dar respuesta a los tres siguientes objetivos encuadrados en la consecución del ¿desarrollo sostenible¿: la protección del medio ambiente (sostenibilidad medioambiental), la seguridad de suministro (seguridad) y la potenciación de la economía (competitividad). La energía nuclear contribuye decisivamente al cumplimiento de esta tríada de objetivos comunes para la política energética; en lo que se refiere al primero de ellos, los diversos estudios realizados ponen de manifiesto la importancia de la utilización de la energía nuclear para la reducción del CO2; en lo que se refiere a la seguridad del suministro, la energía nuclear evita la dependencia de las fuentes energéticas fósiles y, por último, el coste de la energía nuclear es menor que el resto de fuentes energéticas.