Las restricciones de carácter sanitario aplicadas durante la pandemia de la COVID-19 han afectado de pleno al turismo. Ante el riesgo de contagio por coronavirus, se impusieron medidas sanitarias para contener su expansión orientadas a reducir la movilidad y el contacto humano, lo cual altera el funcionamiento de la actividad turística. A su vez, distintas expresiones de turismo doméstico articulado en torno a la proximidad han ganado protagonismo, cuando tradicionalmente no habían gozado de visibilidad pública, ni de atención académica o de suficiente reconocimiento en las políticas públicas, aunque estaban ampliamente extendidas como práctica social.
Las expresiones que puede adoptar un turismo articulado alrededor de los mercados de proximidad pueden ser muy amplias, sujetas al mismo tiempo a múltiples contradicciones y disputas. Más que una alternativa en sí mismos, los turismos de proximidad expresan un terreno de confrontación que se ve cruzado por múltiples intereses contradictorios. Lo que está en juego en esta controversia es la restricción o la ampliación de los derechos de amplias mayorías con relación a un turismo que puede ver reforzada su orientación más excluyente o bien expresarse en términos de mayor equidad, inclusión y sostenibilidad.