La belleza no está sólo en la cara. La belleza no está en las palabras. La belleza no está en el vestido. La belleza está en las cenizas. Está en la experiencia que vivimos y en las vidas que tocamos. La belleza es la conexión del alma con su único Dios. El Dios que vive en cada uno de nosotros. En este libro, nos familiarizamos con el trauma y la enfermedad a los que se enfrentó Valerie. Conocemos los retos aparentemente insuperables de su vida y cómo los superó con éxito. Esta historia trata de una mujer fuerte que, gracias a su actitud resistente y a su creencia en Dios, superó todas las pruebas de la vida. Está bendecida y agradecida. Y ahora, está dispuesta a compartir su historia con usted.