Borja trabaja como traductor en un organismo internacional de Nueva York, donde vive con John, su pareja. Una noche recibe una llamada de una prima olvidada para comunicarle que su hermano acaba de morir y que tiene algo que darle. Hace mucho, en los noventa, Borja abandonâo el Paâis Vasco para romper con una familia y una tierra intoxicadas por el odio y la incomprensiâon. En Estados Unidos se convirtiâo en otra persona, alguien que, con las raâices arrancadas y un pasado sepultado, abrazâo un presente vivido en libertad y en otra lengua. Pero una llamada puede bastar para derribar los muros mâas altos. Ahora âel, hijo maldito de una estirpe venida a menos, es el âunico heredero del caserâon abandonado que domina el mar desdelo alto del pueblo de Algorta. Solo âel puede abrir de nuevo la puerta y decidir quâe hacer con tantos aänos de silencio y dolor. Pero cerrar las heridas no es fâacil y el empeäno de escribir un libro sobre aquel pasado tal vez contribuya a reavivarlas. Ortiz de Gondra firma una punzante exploraciâon sobre la identidad, la memoria y la posibilidad de construir un destino propio al margen del que nos impone la familia y del que nos marca nuestra tierra.