Año a año, en el mes de septiembre, el pueblo de Salta, Argentina, junto a miles de fieles de todas partes del país y del mundo, acuden ante el Señor y la Virgen del Milagro para experimentar el abrazo compasivo de Dios. La celebración del Milagro se transforma así en el "Milagro de la Misericordia" del Padre que con su amor sale al encuentro de cada corazón que se acerca confiadamente a él. Este tiempo de encuentro con la Misericordia divina, de Pascua y primavera de la Gracia, es un llamado a ser un "verdadero milagro" para los demás y seguir anunciando el amor, el consuelo y el perdón de Dios a tantos hermanos.
Así nos lo recordaba el querido Papa Francisco: "No se olviden del Señor... el Señor con su amor buscando el amor de un pueblo. Devuelvan con amor, el amor con el cual Él buscó al pueblo salteño" (Audiencia General, 11/09/2013).