Formar en el ejercicio de la libertad es un tema de vital importancia para construir sociedades más democráticas, participativas y justas. El presente texto explica la convivencia escolar como un medio para favorecer el ejercicio de la libertad, y si la autonomía moral contribuye o es utilizada como instrumento de homogenización de las subjetividades. Dentro de estos temas hay que situar a los estudiantes como protagonistas de su propia historia. Como educadores estamos llamados a acompañar un descubrir personal y comunitario que libere y genere esperanza en los estudiantes. Porque aquel que se redescubre -tanto educador como educando- en su acontecer histórico-político, es capaz de transformar su realidad y la de su comunidad en beneficio del desarrollo igualitario que transforma la vida en sociedad. Desde una apuesta educativa liberadora se generan sujetos más autónomos, críticos, creativos, comprometidos y solidarios, dispuestos a transformar el mundo en el que vivimos. La educación debe ser herramienta que permita a cada uno hacerse cargo de su existencia y lograr la felicidad y plenitud de la vida humana.