Monsenor Romero, arzobispo de San Salvador, El Salvador (1977-1980), es uno de los simbolos mas luminosos del cristianismo liberador no solo de la Iglesia salvadorena y latinoamericana, sino de la Iglesia universal. Es un referente para creyentes y no creyentes en la lucha por la justicia; para los politicos en la nueva manera de entender y de practicar la relacion entre el poder y la ciudadania; para los dirigentes eclesiasticos en su articulacion de la relacion entre espiritualidad y opcion por los empobrecidos. Desde su asesinato el 24 de marzo de 1980 la figura de Oscar Arnulfo Romero no ha cesado de crecer en todos los ambitos: continental e intercontinental, nacional e internacional, y a todos los niveles: religioso y politico, intercultural e interreligioso, teologico y moral. Un crecimiento que, tras decadas de dudas y vacilaciones por parte del Vaticano, ha culminado con su beatificacion por iniciativa del papa Francisco, que esta en plena sintonia con el proyecto de Romero de crear una Iglesia de los pobres, libre de los poderes y liberadora de los excluidos, denunciadora de la injusticia estructural y anunciadora de la utopia del reino de Dios en la historia.