Meditar hoy en día es una investigación empírica. Pero en este caso, el ámbito empírico no viene dado por los sentidos dirigidos hacia fuera o exteroceptivos. El mediante puede convertirse en investigador del movimiento propio de aquellos procesos que están creando su consciencia.
Una meditación de este tipo nos conduce hacia el encuentro con el mundo. Con ella, nos convertimos en contemporáneos en el mejor sentido del término. El espacio de consciencia ampliado gracias a la meditación fomenta una flexibilidad mental juvenil y nos permite colocar un observador sereno, muy lejos de sentirse agobiado, frente al paso del tiempo, que hoy en día se acelera vertiginosamente.
La meditación nos permite-hoy en día de un modo renovado- rescatar nuestro derecho congénito a la libertad.